Comencemos por el
principio pre-histórico. Desde que la Humanidad comenzó a crecer ha habido “reyes”,
y esto está en la psicología profunda de cada individuo. Al ser humano por
naturaleza le ha parecido mejor que “alguien mande”, que “alguien dirija”, y él
más bien obedece.
En el proceso
histórico algunos individuos han pensado por sí mismos llegando a la conclusión
de que es posible un auto-gobierno personal en vez de reyes, pero esta idea ha
sido mucho más reciente que la primera. Una de las características psicológicas
de esta última idea es el afán infantil de liberarse de la noche a la mañana de
un hábito de milenios. Por esta razón, y desde este punto de vista, se percibe
que las libertades individuales se están perdiendo, cuando en realidad, no se
han ganado todavía. Sin embargo, se ha avanzado.
El cambio no llega de
la noche a la mañana. El supuesto retroceso de libertades individuales y
cooperación colectiva, junto a un reavivamiento de la derecha, no es tal. Es una
percepción invertida desde una minoría privilegiada que creía ganada la contienda
para las mayorías. Típica apreciación de la izquierda ingenua.
La evolución continua
a pesar de reyes e infantiles revolucionarios. Ni la derecha durará para siempre,
ni la izquierda logrará sus metas en pocas generaciones.
Es cruel, pero aún
podemos reírnos, no del otro, lo cual “revictimiza”, sino de uno mismo.
Para terminar un
chiste clásico: “Sigamos teniendo paciencia”.
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