La democracia es un proceso interminable de
desarrollo de la Inteligencia Colectiva. Es demasiado simplista como Wilber
plantea, echarle la mayor parte de la culpa a los posmos por su arrogancia
intelectual. Son más bien los anti-intelenctuales los que deberían ser apoyados
para el manejo de la hipersensibilidad a las performances de los hiperintelectuales.
Por supuesto que cierta arrogancia (o mucha) es parte de las libertades ganadas
de expresión y pueden ser bastante divertidas. Con respecto a su efecto en el “pueblo”,
es razón de más para mejorar el bienestar social.
La contradicción que confunde a Wilber es
la hiperintelectualidad de los anti-intelecutales posmodernos. La contradicción
performativa de los multiculturalistas es preferible a la ignorancia
anti-intelectual. Como tanto los posmo como los brutos son anti-intelectuales
supuestamente no es fácil ver la diferencia, pero yo la veo claramente. Unos
son intelectuales, los otros no, y son preferibles los primeros. Los Integrales
entonces, incluido Wilber, en realidad son posmodernos. Los primeros integrales
reales serían los Metamodernos, y así se explicaría fácilmente porque Wilber
apoya a Peterson mientras ve con distancia a Hanzi. Wilber no es integral,
Hanzi sí, o, mejor dicho, es más integral que Wilber.
Si el mundo está atascado es porque falta suficiente integralismo, es decir, Metamodernismo, no porque los Bomeritis
estén estorbando. Lo curioso es que los conservadores (como era yo, naturalmente)
se pliegan dócilmente a esta descabellada idea wilberiana, el error que lo deja
desnudo con su vestido invisible.
Aún falta que se acumule conocimiento Metamoderno,
es decir, necesitamos una política Metamoderna, si quieres llámale multicultural
o posmoderna por ahora, pero ya la tenemos, se llaman políticas identitarias,
mal que bien son lo mejor que poseemos. Pensémonos la libertad en la orientación
sexual e identidad de género, vamos a cometer muchos errores, pero también
vamos a encontrar muchos territorios comunes que estábamos ocultando. Es por
eso por lo que los conservadores no quieren que se avance por este camino,
porque tendrán que compartir con sexys e histéricos transexuales. Esta ha sido
la prueba de fuego, por eso la peluca de Wilber, un chiste de mal gusto, como
solo un conservador lo podía hacer.
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