viernes, 30 de abril de 2021

VENUS VUELVE

Después de 30 años  

Con su nuevo álbum recopilatorio

 ENCUENTRO CERCANO DEL 3ER TIPO

¿Qué es eso de la segunda venida de la adolescencia de la generación X? 

Por James Delgado Psicoblues



 

    

 

Cuando pensamos en volver a reunirnos no sabíamos exactamente cómo queríamos volver a sonar. De todas las canciones de las que guardábamos algún registro, la que más nos gustaba era la última, MAÑANA GRIS. Gracias a una guitarra eléctrica que me prestó un amigo sonaba más pesada y oscura. Esta fue nuestra primera intuición que, después de algunas versiones iniciales, determinó el estilo de nuestro regreso.

 

En el transcurso de la existencia del grupo (1990-1995), fuimos pasando subconscientemente de un estilo pop-rock a uno más grunge. Esta vez (2020-2021) fuimos mucho más conscientes de lo que queríamos, de cómo hubiéramos podido sonar en los 90s si hubiéramos tenido mejores instrumentos.

 

Nuestros referentes principales para el retorno fueron Led Zeppelin y Alice In Chain. Volvimos al grunge de los 90s y sus raíces hasta el rock psicodélico de los 60s y el actual Stoner, hoy en medio de un mundo conquistado por el regaetón, sobre todo por su versión más indecorosa.

 

Es un cliché decir que el negocio de la música ha cambiado. La apertura que la internet ocasionó al acceso a la música varió todo, sumado al aumento imparable de la desigualdad social y el deterioro ambiental. La diferencia entre un pequeño grupo de música local y un grupo de renombre mundial se volvió abismal. El mundo extramusical que afecta la música creció. Nuestro mundo extramusical cambió y por tanto la música también. Pero en general la sensación predominante es que, en los últimos 20 años de realidad virtual, la calidad de vida de bastas mayorías no ha hecho otra cosa que desmejorar paulatinamente.

 

Aunque las tentaciones del “arte por el arte”, o “la música por la música” siempre acechan, ahora comprendemos mejor de qué se trata el rock: El rock es la rebeldía adolescente.  En la primera adolescencia se carece de experiencia, y en la segunda se la integra. En la primera adolescencia se “aspira” y en la segunda se “inspira”. Sin responsabilidades de ser, somos. Así es el espíritu del rock, en el caso de los 90s, el espíritu del grunge.

 

Tal vez lo nuevo solo sea el sonido profesional, tal vez el espíritu no haya cambiado mucho y la experiencia extramusical emergente sea de “retroceso social” y “avance tecnológico”. Sin embargo, la distancia que otorga la experiencia adulta nos da más tranquilidad y podemos disfrutar esta segunda adolescencia con mayor profundidad. Curiosamente ahora también estamos como sociedad mejor equipados, la moda del marketing digital está por todas partes, y todos nos sentimos con un poco más de poder porque tenemos acceso a nuevos medios.   

 

Hemos empezado a alzar la cabeza y al mismo tiempo hemos comenzado a ver mucho más de lo que pensábamos. Especialmente el aspecto social ha crecido. Nuestra formación universitaria hace mella. No es que no tengamos nada que perder, pero hemos construido un espacio interior en nuestras vidas donde nos damos el lujo de gastar y derrochar, tal y como Bataille veía lo estético.

 

La música sigue siendo un condensado de sentimientos que ahora nos gusta hacer crecer también en lo extramusical. Esta es la verdadera novedad.  El espíritu de la música es el mismo pero la sociedad es otra, o puede ser otra, la que co-creemos. Curiosamente la música que sí se ha preocupado por cambiar (la contemporánea) ha dejado de representar a la sociedad y lo hace de manera intencional, es su forma de co-crear otra sociedad, pero los códigos que usa son de gente muy privilegiada. Requerimos códigos más populares. Los hay, pero están secuestrados por los medios masivos.

 

Como VENUS, no nos importa ni dependemos del impacto de nuestra música y al mismo tiempo queremos impactar. Cincuentones del mundo, ha llegado nuestra segunda oportunidad. Esta vez hemos hecho lo mejor que hemos podido con nuestra música, ahora estamos metidos también en lo extramusical. Nuestra plataforma es puro rock, es decir, pura amistad adolescente.

 

Después de nuestros primeros dos lanzamientos (LA PARED y 2826), la sorpresa extramusical la ha dado nuestro nuevo baterista, Juan Carlos Zuluaga (Zulu). La buena reacción de sus redes de amigos ha sido reconfortante. Mientras por mi parte el entusiasmo ha sido moderado, por el lado del bajista ha sido prácticamente nulo. No solo de música vive la música, pero estamos muy contentos con el resultado sonoro y queremos ver hasta donde podemos llevar este producto en las circunstancias actuales, como hobbie, libertad y puro placer. Definitivamente las actuales circunstancias, para nosotros por lo menos, paradójicamente en un contexto mucho peor, son mucho mejores que las que tuvimos en los 90s. Hemos tenido suerte en medio de la creciente desigualdad social.

 

Nuestro deseo inicial era buscar nuestro público en Manizales, especialmente en la generación X, pero ahora parece que nuestro público está en Medellín por los lados de nuestro nuevo baterista. Ahora estoy al otro lado, veo a los jóvenes del otro lado y veo el joven que está volviendo a mí con la experiencia de la adultez.

 

Tal vez, ahora casi a mis 50, pueda aceptar aquello contra lo que luche toda mi vida, la idea de ser “profe”. El grunge de la década pasada fue el Gore. La complejidad nos obliga a crecer. Tal vez todo el espíritu rock sea un intento del espíritu juvenil por rechazar lo que debe ser rechazado. ¿30 años no son nada? Para un individuo es mucho. Tenemos que hacer nuestra lista de rechazos.  

 

Mayor profundidad para más gente. Si la estética del terror gobernó la década anterior, ¿qué estética gobernará esta década? Nosotros apostamos por “los segundos 90s”, mejorados. En el corazón desnudo del joven podemos leer el alma de la cultura. Para los adultos recientes es prácticamente imposible notarlo, pero para los adultos que ya rodean los 50s el espíritu juvenil vuelve a asomar la cabeza en su interior.

 

Es esta “segunda venida de la adolescencia” con la que nadie contaba y por eso el mundo se veía tan perdido. Ahora por lo menos una generación está “re-despertando”. No todos tenemos las mismas oportunidades, o, dicho de otro modo, no todos tenemos la misma suerte. Hay gente que cree que lo logró solo, gente sin visión sistémica de su propia vida. Apenas hemos comenzado la década. No es que tengamos todas las respuestas (jamás las tendremos) pero tenemos algunas propuestas, algunos proyectos de verdad, llevar nuestra atención y nuestro rigor a lo más íntimo.  

 

Hacemos una apuesta estratégica en este momento por los adolescentes y la generación X como puntas de lanza de la sociedad. Los primeros para sentir lo que solo ellos nos pueden develar del aire, y los segundos como proto-síntesis.

 

Poderes misteriosos nos tienen ahora aquí. Somos tan pequeños que incluso nuestros insulsos conocimientos nos embriagan. Otra característica de los nuevos cincuentones es su aceptación absoluta del misterio y su accionar en lo cotidiano. Somos testigos de algo fugaz y decidimos disfrutarlo sin olvidar su ilusión. Así, somos felices.

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