El pensamiento mágico, o sea, aquel
que cree que las dimensiones interiores, básicamente los pensamientos,
sentimientos, sueños, intuiciones, visiones, etc, son anteriores a lo externo y
por tanto lo crean, confunden una cosa. Y es que no es que las dimensiones
interiores precedan a las exteriores, sino que hay una resonancia entre ellas,
y las reflejan a su modo, o sea, uno puede llegar a intuir lo que va a pasar en
lo externo, pero no es que yo pueda manipular lo externo desde lo interno, ni
tampoco lo interno desde lo externo, sino que puedo ver en lo interno un tipo
de reflejo de lo externo que puede mostrarme una tendencia. O sea, yo no llego
a La Cocha porque lo haya pedido o creado desde mi metáfora de La Laguna Negra,
sino porque en un mapa correcto, es un lugar al que inevitablemente llegaremos
si nos dejamos llevar por la fuerza natural del universo. Entonces mi llegada a
La Cocha no es una creación mía sino una señal de que me estoy dejando llevar
por fuerzas superiores a mí. Y l a había anticipado simplemente porque tengo un
mapa adecuado que ha sido cartografiado por muchas personas desde hace milenios
antes que yo.
Lo interesante de esto, sobre todo
lo maravilloso y lo duro, es que sucede al perder algo muy grande, sucede
después de una gran muerte, y no es que halla llegado al final del camino,
porque eso no existe ya que el final del camino es ya, y así mismo el comienzo
infinito. Es sencillamente una etapa más en un proceso interminable. Por eso
esto me advierte de una manera cada vez más mortal, que todo, todo, todo incluida
La Cocha, o lo que sea, morirá en algún momento en el futuro y si soy capaz de
aceptarlo con humildad, revelará algo aún más grande detrás, así uno no pueda
imaginarlo. Siempre es así, todo se va, todo llega, y si te dejas llevar por las
fuerzas kósmicas más allá de ti, siempre será mejor, no importa cuán grande sea
lo que tienes en el momento. Esta es la forma correcta de acercarse a tu propia
muerte, entonces la muerte no será solo una gran pérdida, como en efecto lo es,
sino, además, y aún más, una gran ganancia, que no es definitiva pues luego
perderás de nuevo. Preparémonos para esto, la vida misma es este aprendizaje,
meditemos, reflexiones profundamente, con amor, vivamos con conciencia, suave, despiertos
al cambio constante. Lo que se pierde de alguna manera se integra en lo siguiente
y te acompaña, siempre y cuando sueltes y dejes ir, sino te quedarás atorado hasta
que aprendas a soltar, en algún punto del recorrido.
Vuelvo y repito, el pensamiento
mágico, ese que cree que las cosas suceden porque uno lo piensa y que no es
sino cambiar el pensamiento para cambiar el mundo está equivocado, es un
pensamiento infantil, ingenuo (no inocente). Lo que el Universo está haciendo
va más allá de nuestros pensamientos y de nuestra conciencia particular. Pero sí
podemos darnos cuenta, si nos dejamos llevar, si aprendemos a aceptar la lógica
intrínseca de la evolución. Nada se pierde, todo se recicla, se reutiliza. Así
que lo mejor es que te consigas un buen mapa (recomiendo a Ken Wilber) y te ocupes
en llenar los requisitos de cada momento para que de una filosofía de la nada o
de la pérdida y la aceptación, pases realmente a la nada y a la aceptación, y
por tanto lo des todo, y no tengas miedo de perder porque lo perderás todo de
todos modos. Pero es solo una ilusión, nada se pierde, todo permanece, sencillamente
los fragmentos se reacomodan como un calidoscopio. Ni siquiera la imaginación
más grande puede prever cómo será. Detrás de La Cocha, hay más, mucho más,
siempre.
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