KEN WILBER Y HANZI FREINACHT
INTEGRALISMO Y METAMODERNISMO
(Basado en la entrevista
realizada a Daniel Görtz por el canal de Rebel Wisdom del 26 de mayo de 2021: https://www.youtube.com/watch?v=KhFNwersTTs&ab_channel=RebelWisdom)
Por James Delgado
Psicoblues
Hanzi Freinacht es un filósofo político, historiador y sociólogo que pasa gran parte de su tiempo en los Alpes Suizos. Su estilo de escritura es accesible, poético, humorístico y desafiante. Sus ideas ganan terreno en el nuevo panorama político, económico y cultural de la sociedad digital postindustrial. Habita en la encrucijada entre ficción y realidad donde se encuentra la imaginación con la política. Trabajando duramente busca conectar los extremos de las polaridades.
Cuando Hanzi intentó aplicar el integralismo wilberiano a la realidad social y política en su país Suecia, descubrió que no funcionaba, en cambio, encontró un importante interés cívico por temas espirituales y existenciales. Así descubrió que la Teoría Integral no funcionaba como teoría social ni política.
La estética de la Teoría Integral no es atractiva lo cual la ancla sutilmente a la Nueva Era, convirtiéndola en una secta de bordes demasiado suaves y en una “enfermedad”. En consecuencia, Hanzi retoma la “ironía” posmoderna para conectar las fibras más profundas entre modernidad y posmodernidad, y la cultura popular con las artes.
La Metamodernidad de Hanzi (la Nórdica) oscila entre la sinceridad moderna y la ironía posmoderna sirviendo así también como teoría cultural. Hanzi se roba el marco de referencia de la visión integral para usarlo en campos que los integralistas no han abordado. Se trata del tradicional hurto del fuego a los dioses a favor de la evolución humana. Que el que pueda hacer el mejor uso de una teoría lo haga, le pertenezca o no, siempre y cuando sea para el beneficio de toda la sociedad.
El Metamodernismo ha resultado ser mejor ladrón que el Integralismo. Pero Freinacht, más allá de un mero análisis cultural propone un pragmatismo político, es decir, está profundamente interesado en empujar un cambio en la sociedad. Concentrándose en lo político Hanzi evita pelear con otros teóricos “integrales”.
Este proyecto siendo existencial no se puede comprar ni vender. Si lo normal ahora es estar desempleado ¿cómo se siente esto? ¿Cómo se construye la identidad? Las experiencias espirituales siguen siendo reales. ¿Qué tipo de religión es buena ahora? ¿Cómo salvar nuestras almas sin caer en el fanatismo? La ironía es inevitable. Puedes poner “ojos de loco” pero no demasiado tiempo.
La magia es arbitrariedad, imperialismo, totalitarismo, fascismo, comunismo. Lo que no se puede refutar ni demostrar es mejor dejarlo afuera. La estética integral es demasiado histérica y apocalíptica, por tanto, no tiene lo que se requiere para convertirse en un movimiento social de transformación. Se vuelve casi indistinguible de la cienciología de derecha. El integralismo ve muy bien la escalera, pero se obsesiona con ella.
Ahora bien, estar en contra del pensamiento mágico en comunidades ancestrales, o en lo niños, es imperialista. Cuando un individuo, por ejemplo, un Chamán, usa el pensamiento mágico para ejercer poder sobre otros, es imperialista. Todo ese mercado de pensamiento mágico es imperialista. Pero el pensamiento mágico en el contexto correcto, natural, es sano.
La gente desesperada, angustiada, reduce su capacidad cognitiva y es presa fácil del pensamiento mágico. Los códigos culturales poco complejos son explotados por el hipermercado del neoliberalismo. Curiosamente las personas altamente desarrolladas son más propensas al pensamiento mágico que los medianamente desarrollados porque los primeros tienen cuatro aspectos que los caracterizan:
1.
Más
estados subjetivos (incluyendo los estados espirituales y psicodélicos)
2.
Más
profundidad de encarnación de estados subjetivos.
3. Más
complejidad cognitiva, y, por tanto, más tendencia al reduccionismo (enojos
sutiles con el mundo).
4. Tendencia a explicar lo irreductiblemente “inexplicable” con explicaciones mágicas.
La riqueza que inviertas en “pensamiento mágico” te hará más pobre pues es dinero mal gastado y contribuye a mayor desigualdad en el mundo. El uso del poder sin pertinencia es imperialismo. La vida cotidiana se pone siempre al día mientras el pensamiento mágico se caracteriza por no dar margen al error.
Hay que destruir la modernidad. Roma fue maravillosa, pero tenía que caer. El coodesarrollo se basa en la confianza, y la confianza se basa en la bondad, y la bondad construye la amistad. Así que debemos crear amistad en la sociedad, y para ello debes dejar de ser idiota y no herir a las personas, por tanto, debes ser tan no-violento como te sea posible (poner la otra mejilla).
Los integralistas son cabezas de huevo incorpóreas que juegan a ser Jedis. Es imposible leer la teoría integral sin auto-considerarse superior. Pero es improbable no creer que estás donde estás porque has “superado” obstáculos en el camino. La mejor opción es que esta superioridad autojuzgada no se tome como superioridad moral sino explícitamente como un PRIVILEGIO. Ser un privilegiado no te hace moralmente más elevado. Creerse justificado por una fuerza superior es imperialismo.
Al Integralismo le pasó lo mismo que al Urbancestralismo, se concentraron demasiado en una parte de la polaridad (la espiritualidad y lo ancestral, respectivamente) y dejaron oxidar el otro extremo (la racionalidad y lo urbano). No oscilaron. La modernidad también dejó oxidar el lado teológico. Quién no oscila es imperialista.
No se puede dejar de aceptar que el pensamiento mágico les ha permitido a muchas personas entrar en estados de conciencia que sin él no hubieran experimentado. Pero aquí es necesario ser un poco conservadores. Todas las figuras místicas (de tercer grado de conciencia, ángeles, seres de luz, swamis, gurúes, brahmanes, líderes religiosos, pastores, íconos del rock, iluminados, santos, sabios, etc) que no pueden ser criticadas, son imperialistas.
El pensamiento mágico se puede usar conscientemente como autogestión, como placebo, en privado para lograr estados de conciencia personales, pero no sirve como movimiento social porque es un concepto irrefutable, cerrado, totalitario, fascista. Digamos que son “mentirillas” válidas en un contexto de juego íntimo y pequeño.
Los desarrollistas hacen lo mismo que todos (creerse superiores), solo que son más abiertos al respecto y más democráticos. No juzgan a nadie como estúpido o amoral sino como más o menos privilegiado. A más altitud, más apoyo y más exigencia, por tanto hay más posibilidades de sufrir “patologías más agudas”.
Si alguien no entiende algo es porque no lo entiende, no porque sea malo o inferior. Si alguien dice tener algo mejor que nos lo muestre. Hagámoslo al aire libre y sin moral. ¿Cómo no volvernos extraordinarios y en cambio cómo ayudar a lo extraordinario a convertirse en ordinario?
Cuando las cosas se ponen complicadas
siempre puedes decidir volver al amor. No se trata de pasar de un mundo de oscuridad
a uno de luz. Se trata de un Iceberg de dolor compuesto de bucles de caos que se
derriten. El sufrimiento aumenta y luego se reduce, se hunde, y nuevas cosas
emergen en la superficie. Y entonces te salvaste y se salvaron millones de
personas.