La particular personalidad de cada uno fuerza relaciones singulares que a veces no están listas para ser más amplias, mezclarlas pone en peligro lo individual en razón de lo colectivo y no está bien. Se pueden mantener relaciones en distintos niveles, esto es lo verdaderamente integral.
A nuestra generación no nos tocó ir a la guerra, nos tocó ir a enseñar. ¿Qué vamos a hacer?
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